SIERRA DE SANTA CRUZ, LA MONTAÑA SAGRADA (Comarca de Miajadas -Trujillo)

Rutas para descubrir las Sacra Saxa

Partiendo de Santa Cruz de la Sierra, un municipio donde ya de por sí se respira la historia, se propone un recorrido por  dehesas y monte mediterráneo para adentrarnos en uno de los espacios más enigmáticos, misteriosos e interesantes de Extremadura,  la Montaña Sagrada de La Sierra de Santa Cruz, un auténtico tótem prehistórico que nos muestra un recorrido temporal a lo largo de tres mil años  de historia a través de un legado arqueológico visible.

 

La Sierra de Santa Cruz, coronada por el Pico de San Gregorio, declarada Monumento Arqueológico Nacional en el año 1931, nos ofrece, pues,  un recorrido mítico, donde convergen tiempo y espacio  a través de la historia y el paisaje, todo ello situado a los pies de uno de los caminos milenarios más transitados desde la prehistoria, testigo del trasiego y asentamiento de diversas culturas y civilizaciones que han cincelado la historia y da fe el registro arqueológico de esta icónica sierra.

 

Destaca sobremanera la gran concentración de altares rupestres, relacionados con la sacralidad y religiosidad del mundo céltico, lugares  de culto y  sacrificios tallados en la roca que relacionan directamente con el pueblo celta prerromano de los vetones, con diversas tipologías y que nos muestran como debieron ser aquellas prácticas religiosas que pretendían conectar el mundo de los humanos con el de los dioses.

 

Por otra parte aparecen grabados misteriosos en entornos de nombre evocador y mitológico como es el paraje de “La Machorra de la Muerte”,  perviviendo hoy día como lugar mágico en el imaginario colectivo.

Junto a ellos elementos megalíticos con especial atención al Menhir del Cancho de la Misa ubicado junto a una espectacular  necrópolis perteneciente a periodos prehistóricos.

 

Fortalezas, murallas y baluartes prerromanas  y medievales que muestran lo que las crónicas romanas y andalusíes nos narran de este monte sagrado.

 

A ello se añade el elemento paisajístico, tras alcanzar el Pico de San Gregorio, pudiendo apreciar y disfrutar de territorios tan diversos y singulares como las Vegas del Guadiana, la llanura trujillana o las elevaciones de la Sierra de Montánchez y la Sierra de Villuercas.

 

Un espacio donde la sacralidad que emana de su montaña junto a los múltiples restos arqueológicos, la tranquilidad percibida y los paisajes convierten este entorno en un lugar único con suficiente fuerza para sorprender al visitante.