Tipologías

Tipologías de Piedras Sagradas

Las tierras de Extremadura ofrecen diversas y variadas tipologías de piedras que sacras, testigos de su interesante recorrido histórico y variada riqueza patrimonial.

 

Se han clasificado los siguientes 14 tipos, que responden a criterios de base histórica, mostrando de una manera resumida su importancia y las razones por las que deben ser visitadas.

 

Peñas numínicas
Las peñas numínicas son identificadas como una manifestación del lugar de morada de la divinidad, mostrándose como la materialización visible del espíritu o ser sobrenatural que habitan en ellas, cuya función ancestral ha sido custodiar el lugar y las riquezas del entorno, y que hoy día, en muchos casos, siguen manteniendo las tradiciones míticas, a través de mitos y leyendas locales y comarcales, que indican su carácter sobrenatural.

 

Altares rupestres.
Los altares rupestres, de diversas tipologías, y caracterizado por tener entalladuras o escalones para ascender a su cumbre, son los elementos sobre los cuales se sustentó la función ritual en estas religiones paganas de origen céltico, y que estaban destinados a la realización de diversos sacrificios en honor a las divinidades.

 

Peñas propiciatorias y de adivinación
Peñas sagradas cuya función era la de propiciar o adivinar un hecho futuro, cuyo rito de origen prehistórico consistía en arrojar una piedra o guijarro a su cumbre, en la que debe permanecer sin caer para que tenga efectividad, por lo que en la parte superior de estas peñas se amontonan cientos de guijarros, lo que permite identificarlas con facilidad. Peñas que hoy día siguen manteniendo, en muchos casos, esta tradición milenaria.

 

Peñas resbaladeras
Las peñas resbaladeras con gran distribución a lo largo y ancho de Extremadura, donde reciben múltiples nombres, se caracterizan por ofrecer una huella o leve surco producido por la repetición continuada de deslizamientos sobre su superficie inclinada a lo largo de los siglos, relacionada en su origen con un interesante rito de fecundidad y que con el paso del tiempo pasaron a convertirse en toboganes, el popular juego del resbaladero, en los que jugaban niños y jóvenes.

 

Las peñas oscilantes.
Las piedras caballeras u oscilantes han llamado siempre la atención, pues pueden ser movidas con muy poco esfuerzo a pesar de su enorme peso, cuyo ritual mágico es visible a través de las leyendas, mitos y ritos que lo testimonian.

 

Menhires y peñas fálicas.
El menhir es, sin duda, la forma más sencilla de monumento megalítico y, probablemente, la que tiene una distribución más universal, aunque su significado pueda variar de unas culturas a otras.
El menhir, puede considerarse una peña sagrada de carácter onfálico, es decir, una representación del “centro del mundo” y el punto de unión entre las tres zonas del cosmos: cielo, tierra e infierno.

 

Lechos rupestres
Entre las peñas sacras de Extremadura sorprende el lecho rupestre descubierto en Ceclavín, Cáceres, pues es un hallazgo arqueológico de gran rareza. Este lecho probablemente ya es de época romana, aunque, como todas las peñas sacras, procede de tradiciones prerromanas, por lo que completa y enriquece nuestra visión de conjunto de estos monumentos.

 

Peñas solares
El cielo ha sido para el hombre, desde los tiempos más antiguos de la humanidad, un elemento de referencia, visible de día y de noche. Los cambios repetidos del sol, de la luna y de las estrellas dan una percepción objetiva y reiterada del paso del tiempo, que sirve para regular la actividad personal y de la sociedad, que siguen ese orden cósmico.
Peñas solares que actúan como “observatorios” megalíticos en relación al sol y el control del calendario solar, destacando muy especialmente los ubicado en el entorno del Monumento Natural de Los Barruecos (Cáceres).

 

Pareidolias, peñas oculadas y peñas en forma de seta
Entre las peñas sagradas de Extremadura destacan por su especial interés aquellas que se interpretan como una cara humana, conocidas como pareidolias, fenómeno de origen psicológico que consiste en percibir una imagen e interpretarla como representación de otro ser, animado o no, al cual recuerda de manera más o menos subjetiva por su forma, aunque si esa forma es realmente parecida, puede ser percibida por la generalidad de la gente.
A estas pareidolias se añaden las peñas en forma de seta, producto de la acción erosiva del viento, pero interpretadas como elementos de carácter mágico y sobrenatural.

 

Peñas con huellas míticas
Se trata de peñas que tienen grabadas huellas míticas que el imaginario popular en Extremadura, lo mismo que ocurre en otros muchos lugares del entorno europeo, atribuye a figuras legendarias y muy especialmente a la Virgen, a la Sagrada Familia o a los santos tales como Santiago, aunque es evidente que estas interpretaciones reflejan la cristianización de tradiciones míticas anteriores.

 

Las peñas-trono
Las peñas-trono o simplemente tronos rupestres son peñas que presentan un rebaje en forma de asiento con respaldo y, a veces, con apoyabrazos, todo labrado con más o menos cuidado. Suelen estar ubicadas en un contexto ritual, en parajes en los que aparecen otros elementos rupestres de carácter sacro, como peñas-altares y peñas con grabados, por lo que estos conjuntos parecen constituir santuarios rupestres.


Peñas sonoras
Se trata de peñas que tienen unas especiales propiedades acústicas y que desde tiempos remotos la mentalidad popular ha atribuido a motivos mágicos o “sobrenaturales”.


Las peñas con tesoros.
Muchas leyendas populares cuentan que numerosos berrocales, peñas, rocas o canchos de Extremadura ocultan tesoros escondidos, que forman parte del paisaje mítico extremeño, pues muchas veces tienen connotaciones mágicas e incluso sobrenaturales, ya que en la mentalidad popular existe una profunda relación entre la idea del tesoro, custodiado por el genio del lugar, y la peña que lo oculta o que indica su situación

 

Peñas con cruces y cristianización de las peñas sacras
La presencia de cruces, como símbolos de cristianización es un indicio objetivo para considerar que se trata de una peña sacra.
Las cruces grabadas demuestran que en estos monumentos aún se celebraban ritos y ceremonias paganos después de la llegada y expansión del cristianismo, que al extenderse como nueva religión hizo que estas tradiciones se convirtieran en “supersticiones” que habían sobrevivido de los anteriores cultos paganos, por lo que eran repetidamente condenadas y perseguidas por predicadores y concilios, hecho que también propició la destrucción de muchos de estos monumentos, que pasaron a ser considerados diabólicos.