UN PASEO POR LA PREHISTORIA DE MONTEHERMOSO (Comarca del Valle del Alagón)

Rutas para descubrir las Sacra Saxa

La dehesa boyal de Montehermoso se muestra como uno de los espacios más singulares y atractivos de Extremadura como consecuencia de sus importantes recursos naturales y patrimoniales, destacando los de carácter arqueológico sin olvidar el interesante legado etnográfico.

 

Dehesa en perfecto estado de conservación, claro ejemplo de paisaje cultural producto de la acción milenaria del hombre con el medio, y declarada Parque Periurbano de Conservación y Ocio, que acoge importantes elementos de arquitectura vernácula y patrimonio rural relacionados con la explotación ganadera tradicional de la dehesa como son chozos y zahúrdas que se remontan en algunos caso al siglo XVIII. Un espacio de encinas centenarias, alcornoques, jaras y retamas… una bonita dicotomía donde converge el pasado con el presente, la naturaleza con el ser humano. A ello se añade un estupendo Museo Etnográfico que aparte de aperos de labranza, antiguos enseres domésticos recoge también el traje típico local, de los más representativos de Extremadura, inmortalizado por el pintor universal Joaquín Sorolla en su obra “Visión de España”.

 

Y en plena dehesa encontramos una de las más importantes necrópolis prehistóricas  de Extremadura, compuestas por tres grandes dólmenes de corredor, el Dolmen de la Gran Encina, el Dolmen del Tremal y el Gran Dolmen,  datados en el III milenio antes de Cristo y elaborados con grandes bloques –ortóstatos- de piedra de granito, todo ello hace que actúe como un auténtico parque arqueológico a la vez que etnográfico.

 

En este recorrido se muestran otros  elementos de carácter pétreo representado por “La Piedra de los Boches”, un altar rupestre vinculado al mundo vetón, y entendido como un lugar de ritos y sacrificios en la peculiar cosmovisión de aquellos pueblos célticos, que nos habla de la sacralidad del lugar.

 

En sus inmediaciones se localizan dos resbaladeras realizadas sobre granito, peñas sacras claramente prerromanas y relacionadas con ritos de fecundidad.

 

Como complemento, la ruta cuenta con tres interesantes elementos de arquitectura religiosa, la Iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción, del siglo XVI, la ermita de San Sebastián construida en el año 1742  y la ermita de San Antonio datada del siglo XVIII.

 

Un recorrido donde historia y naturaleza van de la mano.